noviembre
noviembre o Noviembre
Las Hespérides son las ninfas que cuidan los jardines. Siempre he pensado que las ninfas son inspiradoras. Viven entre la vida real y el sueño, yo creo que se mueven entre el pecado y la santidad, son pillas o solemnes. Por eso llamamos a nuestra colección de ficción Las Hespérides. Ellas velan por nuestros autores y les susurran al oído: «escribiiid, escribid y hacedlo con libertad». La mayor libertad se la tomaron ellas, cuando nos inspiraron para que quitáramos las mayúsculas a los títulos de los libros. Rompiendo con la Madre ortografía que es la Deidad de toda editorial. Autores con mayúsculas (¡a ellos el renombre!) y títulos con minúsculas (¡a los textos la gloria eterna!). Y por eso: cuba, una (que es un río de bosnia, como tuvo que aclarar un crítico), acre (que no es sólo la unidad de medida, sino una región de Brasil), saicos (que es un grupo de música) y bichoBola (que va a su aire porque como nos dijeron las Hespérides «el bicHobola no quiere reglas, no se las impongáis»). Las ninfas son juguetonas y mandonas.
Y para los que tengan apetito de lectura y de risas, de la cosecha de este mes llega el ensayo de Jorge Comensal, Yonquis de las letras. «… leer tienes sus peligros y locuras, excesos y trastornos. Opio, bingo, sexo, tabaco, Biblia, marihuana… Los libros también enganchan a la vida a su consumo. La historia de la lectura está plagada de sobredosis: san Pablo, don Quijote, sor Juana, Emma Bovary, Adolf Hitler.» En mayúsculas y en minúsculas, hasta que las ninfas decidan lo contrario y lo cambien todo a su antojo. Una sobredosis de risa y de inteligencia.