En nuestras vidas por separado hemos conseguido hacer muchas cosas buenas (seguramente otras menos buenas que desde luego no contaremos). Ahora, juntos, y unidos por nuestra pasión común por la literatura y por las cosas bien hechas, somos un equipo ilusionado dispuesto a sacar adelante una editorial que cuide las palabras, los libros y a los autores.
Nuestra editorial nació, sin nombre, hace varios años en una pequeña y hermosa localidad de Cantabria llamada Esles. Escritores y sabios pasan cada verano por los Encuentros de Esles de Cayón y dejan allí sus saberes. Nosotros los recogemos en libros que tratamos con el más exquisito de los cuidados.
En octubre de 2014 le pusimos nombre a la editorial: La Huerta Grande, el de un viejo huerto de manzanos cercano al lugar donde tienen lugar los encuentros.
Publicaremos obras literarias que fomenten el pensamiento libre entendiendo que son libres de pensamiento los que no cesan de preguntarse y los que no tienen miedo a compartir sus preguntas, sus opiniones o sus lúcidas locuras.
Daremos el mismo espacio a la ficción (porque no hay pensamiento libre sin ella), y al ensayo.
Como Sándor Márai, creemos que escribir para el cajón significa siempre una especie de parálisis y nada nos gustaría menos que un mundo en el que los buenos escritores sucumbieran a esa parálisis.
Queremos cuidar a nuestros escritores.
Nos importan los lectores porque somos todos buenos lectores. Queremos darles libros buenos.
Nos importa cuidar la sociedad en la que vivimos y creemos que una sociedad más sabia es una sociedad mejor. Queremos divulgar el conocimiento y fomentar el pensamiento.
Deseamos larga vida a la belleza. Al papel. A los escritores que creen en la literatura. Y a los lectores sin los que sería un suicidio o un delirio llevar adelante proyectos como estos.
Y larga vida a La Huerta Grande. Gracias.