De editores y autores
Andaba yo dando vueltas a esto de la relación entre el editor y los autores y he aquí que caigo en estas palabras de mi amigo Álvaro de la Rica: «Me refiero a la convicción que algunos tenemos de que también la mejor escritura, por mucho que se subraye siempre su condición de actividad solitaria, nace en el contexto del diálogo. “Nadie es una isla”, y menos que nadie un verdadero escritor.» Las he sacado de su estupendo blog, Hobby Horse (visitadlo, amigos).
La soledad es una fuente de creación, pero la soledad es también un acicate para ir hacia los otros. Y en ese equilibrio, el escritor busca al editor para romper con esa soledad creadora, que como decía en una entrevista Jon Bilbao, tampoco es para tanto.
Creo mucho en el encuentro de talentos, casi siempre de ellos surgen proyectos emocionantes y generosos. Así son los libros de mayo, de narrativa ilustrada, colección que inauguramos en esta Huerta. Texto y dibujos trenzados por cuatro artistas de la palabra y de la imagen, tan diferentes como sugerentes. Por un lado Guillermo Roz y Oscar Grillo: para Las gafas negras de Amparito Conejo, Guillermo creó la historia y Oscar le otorgó cuerpo y color a Amparito y a toda la tropa de seres marginales que la acompañan. Por otro, Pedro Letai y Lidia Toga: él lanzó al ruedo de la vida sus aforismos, meditados en la soledad de sus desvelos y que no habían encontrado aún el cuadernillo que los reuniera; y ella los animó con la fragilidad de sus trazos.
Y de este lado de la soledad -el editor en esta Huerta- un equipo entregado a todas estas voces, porque la soledad…es a veces demasiado ruidosa.