Detrás de cada libro hay una historia. Una historia que daría para otro libro, que a su vez daría para otro libro, y así, como en un bucle sin fin, como en uno de esos espejos que devuelven la imagen hasta el infinito. Infinitas historias que me hacen pensar que mientras haya cosas que contar y el deseo de hacerlo, y emociones que provoquen escritura, estamos salvados.

Este mes tenemos dos libros de nueva cosecha con dos bonitas historias detrás (todos la tienen, pero este mes he decidido hablar de estas dos).

El lápiz y la cámara, el nuevo ensayo del director de cine Jaime Rosales. A esta editora le picó la curiosidad por saber qué pasa por la cabeza de un creador cuando se pone manos a la obra. Cómo se enfrenta a su trabajo, a cada reto que supone contar de nuevo una historia de una manera tan personal como lo es la suya. Rosales estaba trabajando en su nueva película, Petra, pero aceptó y se puso a escribir. Y el resultado es este cuaderno de autor, algo más de cien páginas en las que nos desvela su manera de entender el oficio y una manera de mirar a la vida.

Donde quiera que yo esté. La novela de la autora italiana Romana Petri, que se enamoró de Lisboa y del color del océano y escribió para esa ciudad esta historia de mujeres valientes, fuertes, sufrientes y sufridoras, divertidas, trágicas o cómicas a ratos. Mujeres que aman porque esta novela es una historia de amor. Amor de madres a hijos y de hijos a madres. Las guardas del libro son azules, como ese azul del mar que está tan presente en el libro y al que hemos rendido así homenaje. Romana Petri ha querido conquistar a los lectores con su historia de amor. Y lo ha conseguido. En Italia han sido legión los lectores. Ahora lo seremos aquí.